En el libro «Vivre avec Picasso», la escritora Françoise Gillot, madre de Claude y Paloma Picasso, menciona este coche, que Picasso consideraba «su tesoro».
Guiado por su inseparable conductor, Marcel Boudin, Picasso realizó numerosos viajes con su familia, transportando lienzos y esculturas, y en la década de 1950 se utilizó casi exclusivamente para asistir a corridas de toros.
Aparcado en el garaje de Notre-Dame-de-Vie, su hogar en Cannes, Picasso solía entrar en él para inspirarse, pensar, recordar o descansar. Actualmente, el coche se encuentra en posesión de la familia Picasso.
El estado de la ingeniería de vanguardia de Birkgit en el H6 se mantuvo durante los siguientes diez años, y fabricantes como Rolls-Royce, Renault y General Motors adquirieron la patente del servofreno para usarla en sus modelos de lujo.